07 abril 2006

Hook



Hook vestía completamente de negro. La larga capa, las botas, la máscara negra, de pie junto al timón del Deathstar. Hook nunca sonreía, sólo respiraba pesadamente, contemplando atardeceres en el mar, adivinando en cada perturbación del horizonte la silueta de Pan.

No podía olvidar la última vez que se vieron, cuando quiso liberar su alma del secreto terrible. Pensaba que la permanente contradicción iba a desaparecer, que todo iba a tener sentido nuevamente. Que iban a dejar de enfrentarse el uno con el otro, sangre contra sangre. Que su heredero iba a dejar la adolescencia perpetua para asumir el trono, para que él pudiera descansar de esta vida de mierda en el ancho mar. Pero se equivocó.

- “You killed my father”
- “No. I am your father”

La imagen rebotaba en su cabeza, y una y otra vez lo veía caer, con los ojos cerrados. A encontrar las profundidades del mar desde el alto puente del Deathstar. Justo en el momento en que estaban más cerca, en que podían ser uno, carne de su carne. En que Pan también había perdido una mano en la lucha, en el mismo brazo en que su padre había amarrado un garfio de plata que brillaba con el sol del caribe, paralizando de terror a sus amigos y enemigos.

3 comentarios:

Renata dijo...

Eso le pasó a Hook por abandonar a su hijo de esa manera. Pan nunca lo tuvo cuando más lo necesitó. ¿Quién rescató a Pan?

leonardo dijo...

Nadien.
Se rescató solito.

Renata dijo...

¡Grande, Pan!