26 octubre 2007

Afluente


Pasa el tiempo los ríos los rieles por mi lado apenas se quedan un segundo en el borde de mi mirada no me detengo pero quisiera o no quisiera ya no sé. Recuerdo tardes enteras largas como una mirada como un suspiro interminable, no había mucho que decir entonces y sin embargo, Y SIN EMBARGO!

Me hablaban de ti en el viaje, me gritaba esa chica de largo abrigo negro como si fuera a perderte, como si cada paso me alejara de ti. No les creía entonces, no les creo ahora. Qué saben de ti si apenas te han vislumbrado, si no te conocen como yo, si no te han tocado nunca como yo, que he medido cada palmo de tu piel, escuchado todas tus palabras. Me mira la chica de cara pálida como de cuarto menguante, me perfora con sus ojos oscuros, no abre la boca pero igual me grita y grita interminable, salgo del tren o del barco para no oirla. "Te quiero", me decía, pero se habrá confundido.

Quiero bajar de este bote, de este vagón azul, de esta vereda que avanza sin que me mueva, me arrastra como el río de peces de abrigos de miradas de hambre como cuchillos. No quiero fotos, el flash atraviesa la córnea el cristalino inunda el nervio óptico como el agua sucia, no quiero estar aquí, no estoy, no hagan caso.

Cuando lleguemos al mar entonces todo tendrá sentido.

4 comentarios:

Renata dijo...

¿Vas a llegar al mar, realmente? ¿No será que lo que te gusta es el camino, más que la meta, a la que prefieres no llegar?

leonardo dijo...

Bueno, yo creo que así nomás es.

Renata dijo...

Por cierto, quiero emigrar. ¿Conoces algún puerto desde donde se pueda llegar a tierras realmente ignotas?

La Magdalena dijo...

Oye... dos post en todo un año son demasiado poco, aún para ti ¿o te fuiste para siempre jamás?